Trasladamos nuestra consulta al Hospital HLA Moncloa (Av. Valladolid 83, Madrid, 28008) consulta B9, edificio principal. Nuestro teléfono de citaciones y consultas 689045442.
Se puede definir como un síndrome que afecta a personas con diabetes mellitus y cuya manifestación clínica más frecuente es la úlcera. Se estima que aproximadamente el 15% de los diabéticos desarrollan una úlcera en sus extremidades inferiores a lo largo de la enfermedad.
La definición aceptada por la Sociedad Española de Angiología y Cirugía vascular es “una alteración de base etiopatogénica neuropática e inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, produce lesión y/o ulceración del pie”.
La neuropatía periférica es la principal causa del pie diabético, afecta a los nervios sensoriales (alteración de la sensibilidad periférica ante estímulos dolorosos) y motores (atrofia de los músculos del pie que conlleva la deformidad del pie, dedos en martillo, dedos en garra, hallux valgus...). Hay que añadir la neuropatía autonómica que provoca disfunción de la sudoración y como consecuencia da lugar a piel seca, hiperqueratosis (durezas) y grietas en el pie.
La enfermedad vascular periférica en los diabéticos se manifiesta como microangiopatía caracterizada por lesiones arterioescleróticas en distintas regiones arteriales. Las arterias de las extremidades inferiores afectadas con mayor frecuencia son las tibiales y la femoral profunda. Otra característica en los pacientes diabéticos es la importante calcificación que se produce en la capa media arterial. Estas calcificaciones no son obstructivas pero si producen alteraciones en la determinación del índice tobillo/brazo, que hay que tener en cuenta.
La microangiopatía diabética se ha considerado durante mucho tiempo un factor determinante en la isquemia del pie diabético pero estudios recientes han demostrado que no es obstructiva sino funcional. Es un factor que puede favorecer la infección pero no es determinante en la isquemia de la extremidad afectada.
La inmunopatía que padece el paciente diabético hace referencia a la alteración de la función leucocitaria como consecuencia de la hiperglucemia y por tanto favorece la infección de las lesiones ulcerosas.
Hay que realizar una inspección del estado de la piel, uñas y huesos en la que se observe las posibles deformidades óseas, engrosamiento de las uñas, atrofia del tejido celular subcutáneo, desaparición del vello del dorso del pie y zonas de presión con hiperqueratosis o presencia de alguna lesión ulcerosa.
La exploración vascular se inicia con la observación de la temperatura cutánea y la palpación de los pulsos en ambas extremidades inferiores del paciente. El eco-doppler arterial permite la determinación del Índice tobillo-brazo (T/B), es un prueba no invasiva para conocer la posible calcificación y el grado de insuficiencia arterial.
INDICE T/B INTERPRETACIÓN
<0,5 Enfermedad vascular grave
0,5 - 0,9 Enfermedad vascular moderada
0, - 1,1 Normalidad.
>1,1 Calcificación arterial
Con el monofilamento de Semmes-Weinstein se explora la sensibilidad a la presión ligera. Es un instrumento sencillo con un filamento de nylon con el que se ejerce presión sobre varios puntos del pie y se comprueba si el paciente siente o no el contacto. En los puntos donde no se percibe la sensación es donde existe riesgo de lesión por estar perdida la sensibilidad protectora.
La exploración de la sensibilidad vibratoria, que es la última en ser afectada, se realiza con el diapasón graduado de Rydel-Seiffer.
Según los datos recogidos en la exploración se puede determinar el grado de enfermedad y el riesgo de desarrollar lesiones ulcerosas.
Existen varias clasificaciones basadas en la extensión y profundidad de la lesión úlcerosa, como la de Wagner-Merrit. A partir de ésta se han desarrollado otras más completas en la que se recogen la presencia de factores agravantes como la isquemia y la infección, como la clasificación de la Universidad de Texas. En cambio para conocer el riesgo de desarrollar una úlcera la más adecuada es la clasificación del International Working Group on the Diabetic Food.
0 |
I |
II |
III |
|
A |
Lesión pre o postulcerosa completamente epitelizada |
Herida superficial que no afecta tendón, cápsula o hueso |
Herida que penetra en tendón o cápsula |
Herida que penetra al hueso o articulación |
B |
Lesión pre o postulcerosa completamente epitelizada con infección |
Herida superficial que no afecta tendón, cápsula o hueso con infección |
Herida que penetra en tendón o cápsula con isquemia |
Herida que penetra al hueso o articulación con isquemia |
C |
Lesión pre o postulcerosa completamente epitelizada con isquemia |
Herida superficial que no afecta tendón, cápsula o hueso con isquemia |
Herida que penetra en tendón o cápsula con isquemia |
Herida que penetra al hueso o articulación con isquemia |
D |
Lesión pre o postulcerosa completamente epitelizada con infección e isquemia |
Herida superficial que no afecta tendón, cápsula o hueso con infección o isquemia |
Herida que penetra en tendón o cápsula con infección e isquemia |
Herida que penetra al hueso o articulación con infección e isquemia |
Riesgo bajo |
Sensibilidad normal. Pulsos palpables |
Riesgo incrementado |
Neuropatía y/o ausencia de pulsos |
Riesgo alto |
Neuropatía y/o ausencia de pulsos y deformidad o cambios cutáneos. Ulceración previa |
Ulcerada |
Úlcera activa |
Urgencia |
Reulceración, tumefacción aguda, celulitis extensa. |
El inicio de la lesión tiene lugar a causa de un traumatismo ya sea intrínseco (debido a alteraciones osteoarticulares del pie o a la limitación de la movilidad articular) o extrínseco (de tipo físico, químico o térmico). Dicho traumatismo puede no ser percibido por el paciente, por ejemplo la rozadura de un zapato, y como consecuencia retrasar la aplicación del tratamiento.
El tipo de úlcera que se va a desarrollar depende del factor causante que predomine:
La aparición de pus y dos o más signos de inflamación (calor, eritema, tumefacción e induración y dolor) es indicativo de infección. Si existe crepitación, fetidez, bullas hemorrágicas, decoloración de la piel o zonas violáceas se trata de una infeccion necrosante.
Los signos y síntomas de afectación sistémica pueden no aparecer en este tipo de pacientes: fiebre, descontrol metabólico, escalofríos, taquicardia, leucocitosis y elevación de la VSG.
La exploración radiológica simple es importante para la valoración de infección ósea (osteítis u osteomielitis). Si la prueba radiológica es negativa y persiste la duda infección ósea debe descartarse con resonancia magnética o TAC.
Los elementos de descarga definitivos son aquellos que ayudan a la prevención de las úlceras y deformidad ósea características del pie diabético (ortesis plantar y calzado terapéutico).
En primer lugar hay que actuar sobre los factores de riesgo que contribuyen a la enfermedad:
A continuación se detallan los cuidados de los pies necesarios para disminuir el número de lesiones y su gravedad: